EL PAPEL DEL PSICÓLOGO EN LA OPOSICIÓN

Carla Valls

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EL PAPEL DEL PSICÓLOGO EN LA OPOSICIÓN

Opositar es mucho más que estudiar. Es sostener la incertidumbre, lidiar con la autoexigencia, atravesar momentos de desmotivación, manejar frustraciones y, a menudo, convivir con el miedo constante a no lograrlo.

A veces, nos centramos tanto en los temarios, en la organización del tiempo o en la técnica de estudio, que olvidamos un aspecto esencial: nuestra salud emocional. Y aquí es donde el papel del psicólogo puede convertirse en un apoyo clave durante el proceso.

¿Por qué contar con acompañamiento psicológico durante la oposición?

Buscar ayuda psicológica no es señal de debilidad, ni quiere decir que no puedas con todo. Todo lo contrario. Acudir al psicólogo es un acto de responsabilidad contigo misma/o. Es darte el permiso de cuidar de tu parte emocional mientras enfrentas uno de los procesos más exigentes que existen.

Muchas personas opositoras llegan a consulta con sentimientos de bloqueo, ansiedad, baja autoestima o una sensación profunda de cansancio mental. A veces, con la idea de que “ya tendrían que saber hacerlo solas”. Pero la realidad es que nadie nos ha enseñado a sostener emocionalmente un proceso tan largo y lleno de incertidumbre.

Algunas formas en las que el acompañamiento psicológico puede ayudarte:

  1. Gestionar la ansiedad del examen y del proceso: Aprender a regular el sistema nervioso es fundamental. En terapia, el psicólogo/a no te ofrece una receta mágica para hacerla desaparecer, sino un espacio seguro donde poder encontrar herramientas para ayudar a gestionarla. Ahí empieza muchas veces el verdadero cambio: cuando dejas de pelearte con cómo te sientes y empiezas a comprenderte.

  2. Aumentar tu autoconfianza y reformular creencias limitantes: Muchas personas opositoras viven con un diálogo interno duro: “No soy suficiente”, “Debería poder más”, “Seguro que los demás van mejor”. En terapia se trabaja este discurso y se construye una voz interna más compasiva, que potencie tu capacidad real sin destruirte por el camino.

  3. Organizarte sin caer en la autoexigencia extrema: El perfeccionismo puede ser una trampa. Tener un plan claro y flexible, que se ajuste a tus ritmos reales, es más sostenible que uno rígido. Un psicólogo puede ayudarte a crear rutinas que respeten tanto tu rendimiento como tu bienestar emocional.

  4. Sostener los momentos de bajón o crisis: La oposición no es una línea recta. Hay días en los que todo se tambalea, y en esos momentos es muy útil tener un espacio seguro donde poner palabras, ordenar emociones y recuperar la dirección.

  5. Trabajar el sentido y el propósito: A veces, cuando el proceso se alarga o aparecen los suspensos, perdemos de vista por qué empezamos. Reconectar con tu motivación profunda —más allá de los resultados— puede devolverte claridad y fuerza.

En resumen…  El papel del psicólogo en la oposición no es decirte qué tienes que hacer, ni exigirte más, ni prometerte resultados. Es acompañarte, escucharte, ayudarte a comprender tus bloqueos y brindarte herramientas para transitar este camino con más equilibrio.